¿Sabías que un niño de 4 años hace una media de 100 preguntas al día? ¿Sabías que cuando ese niño o esa niña llegan a los 11 o 12 años dejan de hacer preguntas y que su preocupación principal es memorizar para acertar las respuestas del próximo examen?

Tenemos que reinventar la educación. Tenemos un sistema en decadencia. Y, sin necesidad de buscar culpables, tenemos que saber qué hacer para cambiarlo.

Por un lado, el sistema educativo debe cultivar hábitos diferentes:

  • El hábito de saber colaborar
  • El de desarrollar habilidades comunicativas
  • Y resolver los problemas de forma creativa

El sistema debe desarrollar los hábitos de la mente, la capacidad de las personas para ser empáticas y la visión moral de la vida, que ayude a diferenciar qué está bien y qué está mal.

Por otra parte, el papel de los profesores debe ser revisado. El profesor ya no es el que era. Ya no imparte conocimientos (esos conocimientos se encuentran al alcance de todos en internet). El profesor debe ser un instructor de resultados, que base su labor en el juego, la pasión y el propósito.

Y, por último, los padres. Son un engranaje esencial en la educación de nuestros hijos. Vivimos en un mundo muy competitivo y por eso mismo han decidido entrenar a sus hijos para ser perfectos, tener un título perfectos y conseguir un trabajo perfecto. Pero ése no es el camino.

Los padres debemos desarrollar en nuestros hijos inquietudes reales que se conviertan en pasiones. Si ellos consiguen hacer lo que les apasiona, serán, de verdad, los mejores en lo que quieren hacer.

Puedes ver un extracto de la entrevista con Tony Wagner  en el vídeo que nos ha remitido a Acting&Coach nuestra amiga Nieves Trejo. Mil gracias, Nieves, por tu interés y tu colaboración.

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