“Muy pocas personas miran fijamente a los ojos cuando hablan con sus interlocutores. Debido a la falta de seguridad, o de costumbre, suelen desviar la mirada a la nariz o la boca. Sin embargo, hay quienes no saben mirar de otro modo, clavando sus ojos de forma directa, franca y honesta”.
Para NTMM, hay personas que tienen tanto miedo a ser heridas que terminan viviendo a la defensiva.
Si quieres saber más, pincha la fotografía y lee un artículo de El País Semanal.