Hace unos días, en uno de los cursos que dirigimos, una persona comenzó su presentación de una forma directa, sincera, vulnerable…. Nos contó que el día anterior había tenido un grave problema y comenzó a llorar. Necesitaba llorar. En ese momento, se hizo el silencio en la sala. Uno de los asistentes le ofreció agua… otro, un pañuelo…. pero ella prefirió seguir llorando. Nosotras optamos por dejar que expresase lo que sentía. Tenía la necesidad de sacar todas las sensaciones que estaba teniendo, todo lo que le estaba pasando…. Y optó por sacarlo. Nosotras incluso la animamos: mejor fuera que dentro. Y salió.

Esta persona se mostró sincera, vulnerable. Demostró una capacidad fuera de lo común para, ante un grupo de desconocidos pero en un entorno propicio, llorar. De alguna forma, se desnudó ante todos. Sin necesidad de concretar en el problema que había tenido, llegó a desnudarse ante todos, a mostrar cómo se sentía… Fue vulnerable (sin entrar en la queja, sin buscar culpables) y eso la hizo, ante los ojos de todos los asistentes, auténtica.

La autenticidad, entre otras cosas, también es sinceridad y es una capacidad generadora de confianza. Esa persona, que el día anterior se había mostrado aparentemente segura de sí misma, resolutiva…. se mostró sin caer en la queja y consiguió conectar con todos los asistentes al curso. Romper la barrera entre lo que queremos aparentar y lo que de verdad sentimos es, en entornos propicios, necesario y nos permite conectar con otras personas. Contrariamente a lo que pueda parecer, incluso al ejemplo que vamos a poner en el vídeo, no es necesario derrumbarse ni llorar para mostrarse vulnerable. La vulnerabilidad (que en primera instancia es la cualidad para ser herido, según el diccionario de la RAE) es, desde nuestro punto de vista, un punto en común donde las personas nos encontramos y conectamos, ya que todos tenemos heridas, temores, sufrimientos… En este sentido, es importante diferenciar: hay personas que muestran su vulnerabilidad con lloros y quejas sin parar, hasta el punto de que convierten su propia vulnerabilidad en un medio de vida para conseguir atención y amor. La vulnerabilidad de la que estamos hablando, que se mostró plenamente en el curso del que hablamos, fue sincera y nos permitió descubrir la autenticidad de un ser humano.

En la vida personal y en la empresarial, todos tenemos capas. Esas capas con las que nos mostramos no permiten ver el ser auténtico que llevamos dentro. Y sólo nos las quitamos con muy pocas personas. Dar el paso para quitarse las capas delante de otros requiere una enorme valentía y una gran generosidad. Y hace posible que descubramos la autenticidad de esa persona.  Jean Paul Sartre decía que “quien es auténtico, asume la responsabilidad por ser lo que es y se reconoce libre de ser lo que es”. 

Desde aquí te animamos. Muéstrate vulnerable en entornos propios. Y descubrirás las enormes capacidades de esta cualidad: genera confianza y credibilidad, potencia el ejercicio de la responsabilidad, aumenta la sensación de libertad…. Eso sí, queremos dejar claro que ese ‘desnudo’ no podemos ofrecerlo en cualquier momento y circunstancia y requiere, por supuesto, encontrar el sitio, las personas y el momento apropiados.

En este vídeo, que traemos sólo a modo de ejemplo, podemos ver cómo un portavoz de la ONU se muestra vulnerable hablando ante una televisión sobre los bombardeos contra población civil, que provocaron numerosas muertes de niños en Palestina. Este portavoz (que, como tal, está curtido en multitud de comparecencias ante medios de comunicación) no puede más y se muestra absolutamente vulnerable. Contra lo que pudiera parecer, su vulnerabilidad fue generadora de un sentimiento de apoyo casi universal y el vídeo, que hemos recogido en uno de nuestros canales, dió la vuelta al mundo hace un año y medio.

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