La Universidad de Oxford, junto con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) han desarrollado un estudio que permite concluir que la pobreza es mucho más que la falta de recursos materiales. Este estudio tiene en cuenta lo que llama ‘dimensiones faltantes’, factores socioemocionales que también sirven para definir el estado de ánimo de una gran población y, en consecuencia, su calidad de vida y su nivel de riqueza.

imagen-sin-tituloEste planteamiento choca de frente contra las mediciones tradicionales de la pobreza, basadas exclusivamente en la calidad material de vida. Pero, aunque esos aspectos son esenciales, hay muchos otros que sirven para definir la pobreza o la riqueza de una población: El PNUD incluye aspectos como la educación, la salud y el nivel de vida, pero también la libertad política, el respeto de los derechos y la seguridad personal, el trabajo y el capital social.

Con todo ello, el PNUD y la Universidad de Oxford han desarrollado el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM), que ha utilizado, entre otras fuentes, la metodología de medición de la pobreza que se utiliza en Bután (país asiático situado en la Cordillera del Himalaya). En Bután hablan del ‘Índice de Felicidad’ de la población, que miden utilizando parámetros tales como la Educación, el bienestar psicológico, la salud, el uso del tiempo, la diversidad cultural, el Buen Gobierno, la vitalidad de la Comunidad, la diversidad ecológica y ambiental y los estándares de vida tradicionales para la medición de la pobreza (el ingreso y el acceso a los servicios públicos y a la comida).

Éstas son maneras de medir los índices de pobreza que van más allá de las tradicionales. Están anunciando un cambio de tendencia. La realidad es que la pobreza, la falta de ingresos, tiene consecuencias devastadoras sobre la población. Las personas pobres se sienten abandonadas, tienen un riesgo mayor de sufrir trastornos psicológicos y corren el riesgo de perder hasta la dignidad. De hecho, la capacidad de empoderamiento se encuentra presente en estos nuevos índices de los que hablábamos.

La pobreza impacta en todos, en mayores y en niños. Quizás algo está empezando a cambiar cuando instituciones públicas y privadas comienzan a tratar la pobreza como algo más que hambre y necesidad material. La pobreza impacta directamente en el estado de ánimo de las personas.

 

 

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