Halloween (que se conmemora el día 31 de octubre) o la festividad de Todos los Santos (el 1 de noviembre)…. son distintas formas de celebración que coinciden en un mismo día y que tienen un mismo nexo de unión: la muerte.

Imagen1En España, aunque la fiesta de Halloween está entrando con una enorme fuerza, en pueblos y ciudades se sigue honrando la memoria y el recuerdo de los difuntos. Son días en los que es casi inevitable recordar la figura de los que nos dejaron, sus valores, sus enseñanzas….

Sin embargo, los tiempos han cambiado enormemente. Y nuestra sociedad valora, cada vez más, lo material. Por ende, detrás de este planteamiento, se encuentra la necesidad de las personas que conforman esta sociedad por posicionarse mejor para conseguir más. En definitiva, estamos construyendo una sociedad materialista basada en planteamientos competitivos, asentada en unos valores en los que domina el tener por encima del ser.

Pero quizás estos días de recuerdo y memoria son jornadas idóneas para intentar recuperar los valores y las enseñanzas que nos dejaron nuestros padres, nuestras madres, nuestros abuelos y abuelas…. Pocos de nosotros les recordamos por la herencia material que nos dejaron. En realidad, cuando les recordamos, nos apoyamos en los momentos que vivimos juntos, llenos de cariño, diálogo y apoyo mutuo. En ese momento, estamos recuperando valores.

Desgraciadamente, en nuestra sociedad tardamos muy poco en mantener vivos estos recuerdos. Pocos días después del día de Todos los Santos nos veremos inmersos en la mayor vorágine consumista de nuestros tiempos, las vísperas de la Navidad, que vienen precedidas por campañas que animan a tener y tener, como sucede con la jornada (cada vez más mercantilizada) del Black Friday, el viernes de mayor consumo en el mundo.

Desde aquí, os proponemos humildemente un esfuerzo:

. valora el ser y no el tener,

trae al presente los momentos de amor que nos brindaron los que no están. Y por mantén vivos esos recuerdos en los que nos van a suceder a nosotros mismos;

. evita planteamientos exclusivamente materialistas y competitivos y sustituirlos por los valores tradicionales que han sido siempre el sustento del ser humano: la solidaridad, el respeto y la convivencia entre iguales;

. conócete mejor y evita las apariencias. Camina en búsqueda de tu autenticidad, sé consciente de que lo auténtico te acerca a tu propia felicidad y de que, con ella, conseguirás contagiar de felicidad a tu entorno más cercano.

La vida está llena de elecciones. No puedes elegir la baraja de cartas ni la mano que te ha tocado, pero sí puedes elegir cómo jugar esas cartas. Por tanto, eres responsable de nuestro destino. Debes pensar que, aunque el entorno influye, es decisiva tu participación en tu aquí y ahora, porque el presente lo construyes tú.

Si ponemos ante ti las opciones que antes comentábamos, ¿qué eliges? ¿eliges ser o eliges tener? ¿eliges el amor o eliges lo material? ¿eliges competir con tu entorno o eliges convivir en armonía y respeto? ¿eliges ser feliz para contagiar felicidad o eliges aparentar felicidad? Aunque todo en la vida tiene matices y nada es verdad ni es mentira, estamos seguros de que optas por valores y no por las posesiones, optas por el ser y no por el tener. Y más aún si estás en el momento de recuerdo y memoria hacia los tuyos. Así que, precisamente por ellos, por esa herencia tan rica que nos dejaron, te proponemos un ejercicio diario: trae al presente los valores que nos inculcaron esas personas que ya no están. Y es que, como dice aquel proverbio, ‘las cosas importantes de la vida no son cosas’.

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