Este vídeo, de una marca comercial alemana, cuenta de forma muy tierna lo que un anciano se ve obligado a hacer para conseguir que su familia se reúna.

Manuel Cuesta, amigo y terapeuta gestalt, dedicaba el otro día, en su muro de Facebook, unas preciosas palabras, que relacionaba con este spot:

‘Por lo general, nos olvidamos de lo que tenemos, de lo que amamos, nos olvidamos de lo importante… por lo general nos perdemos en obligaciones, en la velocidad violenta del día a día, de objetivos que nunca se cumplen, de metas que nunca llenan… Y no lo valoramos, no nos damos cuenta, hasta que lo perdemos. La muerte, tiene esa capacidad, la de hacernos parar, de ponernos en contacto con la vida. La muerte no la eludimos, no dejamos de hablar de ella por miedo a invocarla, sino porque nos pone de frente en la vida que estamos llevando, nos pone delante un espejo demasiado amargo: que vivimos infelices. Pero la muerte siempre llega. Y cuando llega, incontestable, se revela lo auténtico… por eso la llaman “la hora de la verdad”. He escuchado las palabras más hermosas de quienes han abrazado la muerte y la enfermedad sin reproches. La muerte, esa gran maestra… Decía Castaneda “escucha a la muerte, esa vieja amiga, porque es quien mejor te conoce, tu mejor consejera”‘.

 

Share This