En Nice To Meet Me hacemos Formación, Coaching y Terapia. Para ello, utilizamos técnicas de entrenamiento actoral (lo que llamamos ‘el Acting’) y metodología gestáltica. En nuestros talleres, en nuestros cursos, en nuestras sesiones… resulta interesante esta combinación, que muestra un enorme poder transformador.

TALLERES I ACTOR

El Acting, herramienta idónea para la Formación y el Coaching

Quizás en ocasiones te preguntes qué puede aportar el teatro, esas técnicas de entrenamiento actoral, a nuestro método y cuál es el resultado de trabajar con estas técnicas tanto en la gestión empresarial como en la vida personal de cada uno.  En este post te resumimos qué aportan estas técnicas:

Atención privilegiada: Aprender a observarnos, relajarnos activamente y estar presentes nos aporta herramientas para poder afrontar el trabajo con mayor eficacia. A través de ejercicios y juegos, encontraremos cuál es el canal que nos permite entrar en nosotros, para estar presentes y sentirnos preparados para el trabajo. La respiración, la postura corporal, juegos de conciencia, el silencio…

Improvisar: Nos ayuda a desarrollar la imaginación, la creatividad, la espontaneidad. Nos ayuda a liberarnos de nuestra personalidad, desinhibiéndote, arriesgando e innovando. Nos da permiso para adquirir otros personajes desconocidos, más ajenos o temidos. La imaginación es un músculo que se ejercita. Cuanto más libres somos para improvisar sin miedo, más creativos y resolutivos seremos. Sirve para dar rienda suelta a lo genuino, lo espontáneo.

Comunicar y transmitir. Beneficiarnos del poder de nuestro cuerpo, voz, actitud, expresión del rostro. Trabajar lenguaje verbal y corporal (gestual, facial, postural) y la escucha a nosotros mismos y al otro, activamente.

Responsabilidad: Es la habilidad de responder, hacernos cargo de nuestras acciones, sentimientos y pensamientos, de todos los personajes que nos habitan, con sus contradicciones, del personaje asumido y de su polaridad. Darnos cuenta de qué nos limita, para poder trabajarlo.

Ejercitar la capacidad de adaptación: entrenarnos para ser flexibles antes los cambios, estar abiertos a cambiar en base a nuestra escucha activa para poder modificar nuestro mensaje en función de la aportación del otro. Desarrollar empatía.

Juegos de roles y resolución de conflictos: Asumir otros papeles. Jugando a ser otros nos permitimos hacer o decir cosas que no haríamos o diríamos desde nosotros. Quizás descubramos que nos sirve ser más autoritarios, activos, sumisos o que esos roles temidos o rechazados también están en nosotros. Nos da la oportunidad de ponernos en la piel del otro, no sólo desde la razón, vivenciándolo. Esto nos dará una visión más completa y conciliadora.

Trabajo con las emociones: Sentir es sinónimo de estar vivos. Perder el miedo a mostrarnos desde lo emocional nos da poder y nos convierte en más auténticos. La buena gestión de nuestras emociones pasa por hacer un previo reconocimiento de las mismas, asumiendo que son parte de nosotros y que pueden convertirse en nuestras aliadas. Socialmente, algunas de ellas no gozan de buena reputación pero son altamente necesarias para ponerme en acción, descansar, energetizarme o empatizar. Apostamos por poder estar en todas las emociones, mostrarlas, vivirlas y transitarlas a través de los personajes y no quedarnos fijados en una, dándole más relevancia y evitando así el equilibrio.

El trabajo del actor casi siempre es un trabajo en equipo, que requiere cierta intimidad y donde están en juego las emociones. Por eso siempre se cuida el hecho de crear un espacio de compromiso, confidencialidad, respeto y compañerismo.

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