LAS HERRAMIENTAS DEL ACTOR APLICADAS A LA EMPRESA

Sofía Valero, Socia Directora de Nice To Meet Me

El Teatro es una de las actividades más antiguas y humanas de la historia. Los griegos utilizaban las máscaras de la misma manera que nosotros hacemos uso de ellas para movernos en los diferentes ámbitos de nuestra vida, como estrategia.

La luz que puede aportar el teatro en el descubrimiento y potenciación de nuestros roles es muy poderosa y una herramienta muy eficaz para trabajar sobre el potencial, la comunicación, la empatía, la efectividad, la creatividad, la responsabilidad, y el trabajo en equipo.

Al contrario de lo que se suele pensar, el trabajo del actor es huir de la mentira, el actor buscar su autenticidad, su verdad para poder transmitir y resultar creíble. Defendemos que acercarte a tu auténtico yo, sin aparcar, por ejemplo, el mundo emocional, incorporándolo y conociéndolo para que no nos domine, nos hace más completos, es uno de los motores de nuestra complejidad y riqueza. El trabajo técnico del actor nos ayuda a deshacernos de las muchas capas que interfieren para cumplir nuestros objetivos fluida y armónicamente. Es importante sentirse cómodo para comunicar, en sintonía, desde ti mismo. El público reconoce la sinceridad y agradece la honestidad. Estar convencido, creer en ello y meterte en el papel, hace llegar el mensaje de forma más creíble y sobre todo convence.

El actor trabaja desde la verdad y con la conciencia de que su instrumento es él mismo.

Consigues ver tu personaje, carácter o ego (guión aprendido, introyectos, creencias) solo cuando te conoces. Al asumir otros personajes, a través del juego que sirve como una excusa para no arriesgar la posible caída de tu imagen, te permites una mayor libertad expresiva, explorar personajes temidos, que al experimentarlos ya no ves tan lejanos a ti, ya no son tan temidos, negados o juzgados, por tanto, te ayuda a integrar esas partes menos visibles o aceptadas.

La luz que puede aportar el teatro en el descubrimiento y potenciación de nuestros roles es muy poderosa y una herramienta muy eficaz.

Tenemos en cuenta, que en el primer periodo de la infancia y hasta que se forja nuestro carácter estamos completamente en contacto con nuestros deseos y necesidades, nuestra capacidad expresiva y creativa está intacta y todavía no estamos contaminados por factores externos, ambientales, familiares o sociales. Somos una hoja en blanco hasta que empezamos a tragar sin digerir esos factores externos. Ocurre que interpretamos esos factores externos como un ataque, y desarrollamos esa defensa que es el carácter.

El carácter se construye como estrategia para sobrevivir en el mundo. Dependiendo de nuestra visión desarrollamos un tipo u otro de carácter. En ese momento estamos eligiendo un solo personaje, ese personaje aprendido en la infancia que fue necesario para nuestra supervivencia, y en vez de escucharnos y confiar para poder ser un actor con muchos registros, capaz de reconocer y entender a los demás actores e historias de vida, nos encasillamos en uno solo, con una sola visión, forma de actuar, de sentir y de pensar. Dentro de nosotros están todos y cada uno de esos personajes y la pérdida del miedo a dejar que vean la luz, significa que reconocemos e integramos todos ellos en nosotros.

Reconocido esto, no actuamos en contra de nuestro carácter, él nos ha traído hasta aquí, gracias a él hemos sobrevivido, ha sido una herramienta útil, pero en el momento que somos capaces de verlo, podemos empezar a trabajar para recuperar lo que es nuestro, el resto de posibilidades que hemos dejado atrás, ahora podemos apropiarnos de todo nuestro universo, porque cada uno de nosotros somos únicos y contenemos todo.

El actor para entrenarse recurre al niño, se deja poseer por la imaginación sin miedo, se entrega a ese mundo de fantasía sin límites para ser altamente creativo y resolutivo. Todos poseemos esa capacidad, pero hay que entrenarla porque está dormida, silenciada, cuando somos capaces de expresarnos con esa libertad hay algo que se afloja en nosotros, se destensa y fluyen otras capacidades. A esa concentración tan necesaria para el actor y que tan bien manejan los niños la llamamos atención privilegiada. Si somos capaces de alcanzar estos niveles de atención seremos mucho más productivos en el trabajo e invertiremos muchos menos esfuerzos. Los bloqueos no existen, solo son estrategias del carácter o ego para boicotearnos y seguir teniendo el monopolio.

Se habla de que un actor debe defender siempre a su personaje, el ejercicio que el actor hace es ponerse en la piel de ese personaje para pensar como él y así encontrar explicación a su proceder. Si en la vida, consiguiéramos hacer este ejercicio sin dificultad a la hora de relacionarnos, entender qué nos está pasando a nosotros y al otro, seríamos capaces de gestionar nuestros conflictos de una manera más sana. Pensar diferente nos ayuda a salir de ese personaje sesgado y limitante. Estamos muy apegados a una idea errónea de nosotros, el autococepto, según el cual pretendemos ingenuamente eliminar lo que no nos gusta de nosotros, esta idealización nos lleva al fracaso, ya que solo cuando conseguimos ver y aceptar nuestros polos opuestos somos capaces de no autoexigirnos, desaprobarnos y expresarnos de forma genuina, sin empobrecimientos o falseamientos autoimpuestos. Explorar los polos opuestos o polaridades de mi personaje me ayuda a ampliar mi visión y a abrazar mi diversidad interna. Lo que escondemos y queremos destruir nos maneja a nosotros. Nuestro agresivo es más peligroso si no somos capaces de reconocerlo. En una buena interpretación el actor no puede juzgar al asesino, tendrá que sintonizar con ese deseo de matar que sentimos todos alguna vez. “El teatro es una mentira que tarde o temprano hará emerger una verdad” Juan Carlos Corazza.

El trabajo del actor casi siempre es un trabajo en equipo, que requiere cierta intimidad y donde están en juego las emociones.

El actor se entrena para utilizar su intelecto, sus emociones y su instinto, lo que pienso, lo que siento, quiero o deseo, y lo que hago. Este es su instrumento, con el que podrá contar siempre. A través del entrenamiento del instrumento, podrá adquirir las herramientas necesarias para realizar su trabajo.

Las herramientas que podemos rescatar del trabajo del actor para la empresa, propongo que sean las siguientes: 

Para llegar a tener libertad expresiva y poder explorar libremente personajes, emociones etc… el actor se prepara, y esas serían las herramientas de las que hablo siempre. Llegar ahí no es sencillo, requiere de un entrenamiento, relajación, concentración. Preparar el cuerpo, la mente, y las emociones, lo que nosotros llamamos afinar el instrumento, ponerlo a punto, permeabilizarlo para trabajar y descubrir.

A lo que me refiero, es que antes de hacer un trabajo como asumir un rol, hay una serie de ejercicios previos de grupo para favorecer esa concentración necesaria, a través del juego. Ejercicios simples para movilizar cuerpo, mente y emoción. Es como engrasar la máquina para empezar a trabajar, a meterte en la piel de otro y empezar a darte cuenta sintiéndolo no solo desde la cabeza, también registrando lo que le pasa a tu cuerpo y a tu emoción, sensibilizar un poco la máquina. Parar, chequear, darse cuenta de donde parto, invocar al neutro para dar paso a lo nuevo. Comprobar que es un hábito que se puede crear, es un entrenamiento fructífero. Somos dueños de nuestro instrumento, cuanto más maleables más ricos.

Atención privilegiada: Aprender a observarnos, relajarnos activamente y estar presentes, nos aporta herramientas para poder afrontar el trabajo con mayor eficacia. A través de ejercicios y juegos, encontraremos cual es el canal que nos permite entrar en nosotros, para estar presentes y sentirnos preparados para el trabajo. La respiración, la postura corporal, juegos de conciencia, el silencio…

Improvisar: Nos ayuda a desarrollar la imaginación, la creatividad, la espontaneidad. Te ayuda a liberarte de tu personalidad desinhibiéndote, arriesgando e innovando. Te da permiso para adquirir otros personajes desconocidos, más ajenos o temidos. La imaginación es un músculo que se ejercita. Cuanto más libres somos para improvisar sin miedo, más creativos y resolutivos seremos. Sirve para dar rienda suelta a lo genuino, lo espontáneo.

Comunicar y transmitir. Beneficiarnos del poder de nuestro cuerpo, voz, actitud , expresión del rostro. Trabajar lenguaje verbal y corporal (gestual, facial, postural) y la escucha, a mí mismo y al otro activamente.

Responsabilidad: Es la habilidad de responder, haciéndonos cargo de nuestras acciones, sentimientos y pensamientos, de todos los personajes que nos habitan, con sus contradicciones, del personaje asumido y de su polaridad. Darme cuenta, qué me limita para poder trabajarlo.

Ejercitar la capacidad de adaptación: entrenarnos para ser flexibles antes los cambios, estar abiertos a cambiar en base a mi escucha activa para poder modificar nuestro mensaje en función de la aportación del otro. Desarrollar empatía.

Juegos de roles y resolución de conflictos: Asumir otros papeles. Jugando a ser otros me permito hacer o decir cosas que no haría o diría desde mí, quizás descubra que me sirve ser más autoritario, activo, sumiso, o que esos roles temidos o rechazados también están en mí. Nos da la oportunidad de ponernos en la piel del otro, no solo desde la razón, vivenciándolo, esto nos dará una visión más completa y conciliadora.

Trabajo con las emociones: Sentir es sinónimo de estar vivos. Perder el miedo a mostrarnos desde lo emocional nos da poder y nos convierte en más auténticos. La buena gestión de mis emociones pasa por hacer un previo reconocimiento de las mismas, asumiendo que son parte de nosotros y que pueden convertirse en nuestras aliadas. Socialmente alguna de ellas no gozan de buena reputación pero son altamente necesarias para ponerme en acción, descansar, energetizarme o empatizar. Apostamos por poder estar en todas las emociones, mostrarlas, vivirlas y transitarlas a través de los personajes y no quedarnos fijados en una, dándole más relevancia y evitando así el equilibrio.

El trabajo del actor casi siempre es un trabajo en equipo, que requiere cierta intimidad y donde están en juego las emociones, así que siempre se cuida el hecho de crear un espacio de compromiso, confidencialidad, respeto, y compañerismo. 

Share This