EL DESCANSO DEL GUERRERO

Sofía Valero, Socia Directora de Nice To Meet Me

1. ¿EN MIS VACACIONES, DESCONECTO O ME CONECTO?

Ahora que finalizan las vacaciones, más que nunca resuena en mis oídos la recurrente expresión “desconectar”. Inmediatamente aparece una reflexión sobre la que poder matizar: ¿A qué queremos conectarnos y de qué desconectar en época estival?

Cada año, durante estos periodos, detectamos movimiento, hay algo que nos ocurre durante la pausa. Algo que se empieza a mover antes, que puede estar relacionado con la dificultad para pasar a un estado de actividad más pausado; y algo que permanece incluso después de las vacaciones, los conocidos síndromes postvacacionales.

Esta pausa, por una parte, me permite tener más tiempo para reflexionar y, por otra, me coloca en una situación diferente a la habitual y en la que quizás me siento menos hábil. Esto suele propiciar algún que otro cuestionamiento vital, es el caldo de cultivo perfecto para las preguntas existenciales. Y entonces emergen asuntos muy estructurales, como la profesión, la pareja, los hijos, mis deseos, mis carencias. En definitiva, empiezo a conectarme conmigo.

¿Qué me pasa cuando llegan las vacaciones y me surgen dudas sobre cómo afrontar este periodo, cuando me siento sol@, me genera conflicto, me supone un gran esfuerzo o me veo abocad@ a hacer algo que no me apetece?

Todas estas y otras preguntas abruman y pueden interferir en mi descanso. Además, si no consigo llegar a una conclusión sobre ellas, incorporarme al trabajo será mucho más insatisfactorio.

Quizás si propicio la pausa, si busco algún momento de paz y de encuentro conmigo mism@, pueda dar un espacio a eso que me pasa y que todavía no consigo ponerle nombre.

Sé que interpretar esto que tanto me revuelve y me inquieta como un regalo, un “despertar”, es algo que me cuesta. Pero también sé que si consigo dar espacio a esta revelación y hago un ejercicio real de introspección, probablemente descubra algo que me sirva para incorporarlo a mi vida. Bucear sobre mí, en presente, suele resultar una buena inversión a futuro.

Por eso es muy interesante tomar en consideración lo que me inquieta para extraer un aprendizaje práctico. Puede ser que todo esto me ocurra porque hay algo en mí que no estoy atendiendo.

Me cuesta parar y dedicarme tiempo. Pensando en otras vidas, por ejemplo, me vienen a la mente muchas películas de cine que hablan sobre “viajes en solitario”. Todas ellas transmiten un mensaje de autodescubrimiento, hay un conflicto que si logro transitar me transformará, todas hablan del viaje de explorar dentro de uno mismo y son una metáfora del viaje que uno puede hacer sin moverse de casa. Son estas pelis con las que conecto, ésas que me llegan muy adentro, me emocionan. Y al salir del cine me voy con un chute de energía, pero que luego olvido aplicarlas a mí mism@ enseguida.

Durante estas vacaciones, ya sea en solitario, en grupo, en pareja, en familia, etc, sea cual sea mi situación…. ¿por qué no aprovechar el parón para salir de mis automatismos, hacer un balance interno, y darle un espacio a lo que soy y no tanto a lo que hago, reflexionando sobre algo clave?: ¿“Qué es lo que realmente necesito en mis vacaciones”?.

  1. En primer lugar, sería fundamental preguntarme ¿qué me está debilitando a nivel mental, emocional y físico en mi día a día? ¿Cuál está siendo mi queja o dolencia habitual?

Con ello, podré detectar de forma concreta qué me quita la energía para, después, poder cuidar el síntoma y hacer algo con la causa que lo desencadena.

Haciendo una metáfora musical sobre esto, sería como afinar mi instrumento, como hacerme mi puesta a punto particular.

Mi instrumento sin duda es, mi Mente, mi Cuerpo y mi Emoción, indicadores que me ofrecen pistas muy fiables y que solo tengo que escuchar. Mi cuerpo me suele avisar cuando algo está siendo nocivo para mí, con dolores de cuello, espalda, estomacales, etc… Mis emociones, por más que intente “controlarlas” a veces acaban controlándome, incluso desbordándome. Y mi mente también se desgasta, causándome mucho sufrimiento, trastornos en el sueño, estrés, pérdida de concentración, etc..

Si detecto el síntoma será más fácil investigar sobre qué lo desencadena. Esto me dará claves sobre un posible plan de acción y quizás a partir de aquí pueda tomar alguna decisión, elegir, poner algún límite o empezar alguna actividad para cuidarme. Por eso, lo primero es poder ponerle nombre.

Una vez detectado qué es lo que me debilita, otra pregunta necesaria sería:

“Es fundamental hacerme caso para poder atenderme y, sobre todo, muy importante, hacerme responsable de cubrir mi necesidad”

2. ¿Qué necesito durante estos días?

Aunque parezca obvia, es una de las preguntas que más me cuesta responder cuando me la formulo. Me cuesta poner la atención en mí, lo interpreto como egoísmo, y suelo estar más orientad@ a la tarea, al hacer hacia fuera. Pero es fundamental hacerme caso para poder atenderme y, sobre todo, muy importante, hacerme responsable de cubrir mi necesidad. Soy la/el máxim@ responsable de proveerme. Es sano crear este compromiso conmigo mism@.

¿Qué pasa cuando encontramos esa necesidad y, por circunstancias ajenas a nosotr@s, no podemos cubrirla? Aprovechando este ejercicio íntimo, me voy a sentir libre para desear: Ya haré un reajuste, ya negociaré o rebajaré mi ambición… lo limitante es no permitirme el deseo. Observo que el “no puedo”, a veces, es una excusa para no hacerme cargo. Una vez detecte mi necesidad y ponga en valor la importancia de cubrirla, podré responsabilizarme de buscar alternativas que se ajusten a mi realidad.

La idea es captar cuál es la necesidad que hay detrás de mi deseo o anhelo.  Por ejemplo, las ganas de hacer un viaje en solitario, siendo la responsable de una familia numerosa con hijos dependientes, me puede estar avisando de que necesito ocuparme de mí, que necesito intimidad o quizás soltar la responsabilidad durante unos días. Esto me permite diferenciar entre necesidad y deseo. Una necesidad sería lo que al ser vivo le resulta indispensable para vivir saludablemente, lo que un ser vivo requiere para su desarrollo y su conservación.

Las necesidades se diferencian de los deseos en que, cuando una necesidad no se satisface, produce resultados negativos evidentes, como puede ser un mal funcionamiento, o una enfermedad. Las necesidades pueden ser de carácter fisiológico (respirar, hidratarse o nutrirse, objetivas o inferiores) o de carácter psicológico (como la autoestima, el amor o la aceptación, subjetivas o superiores). Un deseo no satisfecho me puede generar frustración, pero no atenta contra mi salud.

Así que me centraré en cubrir mi necesidad como prioridad y, después, en poder satisfacer algún deseo, por qué no.

Quizás, después de estas reflexiones, podamos respondernos con más conciencia a qué deseo conectarme y… de qué necesito desconectarme concretamente.

Os recomendamos alguna película de cine inspiradoras sobre viajes en solitario que nos pueden acompañar en la labor de empezar a conectarnos con la búsqueda.

 “Hacia rutas salvajes”: Un joven, después de graduarse en la Universidad, decide dejarlo todo y emprender un camino nómada hasta las montañas de Alaska, buscando “vivir, enfrentándose a la vida” sin dinero, tarjetas y bienes materiales, alejado de la civilización y totalmente solo.

“El viaje de tu vida”: Una joven modelo decide atravesar el desierto australiano con la única compañía de su perro y cuatro camellos. Allí nos muestra claves sobre su verdadero deseo de soledad.

“Héctor y la búsqueda de la felicidad”:  Un psiquiatra inglés siente que la vida que lleva está vacía, siente que no es capaz de ayudar a sus pacientes. Esto le lleva a emprender un viaje alrededor del mundo para descubrir qué es la felicidad. Lo que pretendía ser una investigación científica se convierte en un viaje de autoconocimiento, donde se descubre a sí mismo.

 “Come, reza, ama”. Una escritora norteamericana que aparentemente lo tiene todo para ser feliz se siente vacía, perdida y confusa. Tras divorciarse de su marido y sufrir otro fracaso amoroso, lo deja todo y emprende un viaje que resulta un despertar para ella.

Share This