Son tiempos difíciles en los que aguantar el temperamento en una discusión puede resultar todo un arte. Hay quien evita tocar temas delicados con grandes amigos, compañeros de trabajo o familia para no romper el vínculo.

Discutir es también constructivo siempre que uno pueda comunicarse controlando la melodía de su voz o gestionando la manera en que mira a su interlocutor, aunque en muchas ocasiones deberá recorrer un inevitable camino interior de autorreflexión que le sitúe en un plano en el que rápidamente consiga ponerse en el lugar del otro.

Para NTMM, no hay fórmulas mágicas que valgan salvo estar en contacto con nuestra verdadera necesidad de comunicar así como la empatía y la escucha activa con el interlocutor.

Si quieres saber más, pincha la fotografía y lee un artículo de El País.

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