Las expectativas. Y vivieron felices para siempre…

¿Vosotros también habéis escuchado eso de que la culpa es de los finales felices de Hollywood, o Disney? Puede que tanto confeti y música celestial nos haya causado tremenda distorsión y no nos haya ayudado a poner foco en el lugar adecuado, que casi siempre suele estar más cerca de lo que pensamos. Es como lo de encontrar a “tu media naranja”. Mientras estás ocupado en la homérica búsqueda, te olvidas de que ya eres una naranja completa, con todo su jugo.

No sabemos en qué momento de nuestra vida el amor deja de ser parte de nosotros mismos para ser algo que está fuera, algo que debemos buscar ávidamente, que nos tiene que ser proporcionado.¿Cuándo olvidamos que nosotros contenemos todo el amor posible, que nosotros somos ese amor que tanto perseguimos?

Pretty-Woman-14-Vogue-24Mar15-Rex_b

Es en ese momento cuando, al no reconocerlo dentro, aparece la necesidad de buscarlo fuera. Y es aquí donde gastamos mucha energía, exigiendo a otros, enfadándonos y frustrándonos si no quedamos satisfechos, hasta que ese amor anhelado llega a convertirse en una fuente de sufrimiento, ya que en muchas ocasiones no logramos tener lo esperado, nadie ni nada logra cumplir completamente nuestras expectativas. Y cuanto más buscamos fuera, menos atención prestamos a lo de dentro, impidiendo así que podamos cultivar ese amor que nos hace crecer y expandirnos en todos los ámbitos de nuestra vida, ése que está en nosotros.

Entonces, ¿para qué nos sirven las expectativas? Si lo pensamos, nos damos cuenta de que a través de ellas nos aseguramos, nos liberan del vacío que supone la incertidumbre del futuro, nos ponen en alerta sobre posibles amenazas y en ocasiones, sirven como incentivo para el logro de retos. Tienen su utilidad. Y no juzgamos si son buenas o malas. Solo proponemos saber que están ahí para que no tomen el control.

Algunos aspectos sobre los que poner atención podrían ser:

  • Darnos cuenta de nuestras fantasías, cómo de forma automática, antes de relacionarnos o de afrontar una situación, nos montamos nuestra “película” sobre lo que debería ser o cómo nos gustaría que fueran las cosas.
  • Escucharnos. Escúchate a ti mismo. A veces hacemos demasiadas cosas para cumplir expectativas ajenas, para conseguir que nos atiendan, reconozcan o valoren, que nos quieran. Nuestra imaginación se dispara en este sentido y nos complicamos actuando como no somos para complacer a los demás. No te traiciones.
  • Vivir el presente. No existe otro momento que este mismo. Cuando estamos viviendo el presente las expectativas desaparecen. Disfrutamos plenos y sin miedo de lo que está ocurriendo en el único espacio y tiempo posible, el presente, aquí y ahora.
  • Aceptación. Mira al otro como un legítimo otro, con sus defectos y virtudes. No conocemos las motivaciones o causas ajenas, ni vamos a poder conocerlas todas. Desarrollemos una mirada más compasiva. No poseemos la verdad absoluta. Hay tantos puntos de vista y razones como seres humanos.
  • Agradecimiento. A veces nos perdemos en las exigencias y sólo vemos lo que nos falta, sin valorar lo que recibimos, lo que sí nos dan.
  • Déjate sorprender por la vida y por el otro. Nuestros esquemas son limitados. Solo saliendo de nuestra zona de confort aprendemos. Tú esperabas que las cosas fueran de una manera determinada, pero no ha sido así. Permanece abierto y aprovecha para aprender algo.
  • Las posesiones suelen ser aliadas de las expectativas. Querer atesorar, poseer, retener nos resta libertad y nos acota. Suelta, deja ir y confía, el amor es expansivo y todo el que das viene de vuelta de alguna forma.

Como invitación a la reflexión os dejamos el poema gestáltico del neuropsiquiatra y psicoanalista Fritz Perls, creador también de la Terapia Gestalt:

“Yo soy Yo.

Tú eres Tú.

Yo no estoy en este mundo para cumplir tus expectativas.

Tú no estás en este mundo para cumplir las mías.

Tú eres Tú.

Yo soy Yo.

Si en algún momento o en algún punto nos encontramos, será maravilloso. 

Si no, no puede remediarse.

Falto de amor a Mí mismo cuando en el intento de complacerte me traiciono.

Falto de amor a Ti cuando intento que seas como yo quiero, en vez de aceptarte como realmente eres.

Tú eres Tú y Yo soy Yo.”

Share This