Hemos caído rendidas ante una de las cartas de este genio visionario y poeta que se publica 20 años después del fallecimiento de su hija Lieserl, tal y como habían previsto. El amor como fuerza altamente poderosa y la mística como forma de llegar a ella. Éste es el texto

“Cuando propuse la teoría de la relatividad, muy pocos me entendieron. Y lo que te revelaré ahora para que lo transmitas a la humanidad también te chocará con la incomprensión y los juicios del mundo. Te pido, aún así, que la custodies todo el tiempo que sea necesario, años, décadas, hasta que la sociedad haya avanzado lo suficiente para asumir lo que te explico a continuación.

Hay una fuerza extremadamente poderosa para la que hasta ahora la ciencia no ha encontrado una explicación formal. Es una fuerza que incluye y gobierna a todas las otras y que incluso está detrás de cualquier fenómeno que opera en el Universo y aún no ha sido identificada por nosotros. Esta fuerza universal es el amor. Y la forma de llegar a esta fuerza es la mística.

einsteinEl amor es Luz, dado que ilumina a quien lo da y lo recibe. El amor es gravedad, porque hace que unas personas se sientan atraídas por otras. El amor es potencia, porque multiplica lo mejor que tenemos, permite que la humanidad no se extinga en su ciego egoísmo. El amor revela y desvela. Por amor se vive y se muere. El amor es Dios y Dios es amor.

Esta fuerza lo explica todo y da sentido a la Vida. Ésta es la variable que hemos obviado durante demasiado tiempo, ya que es la única energía del Universo que el ser humano no ha  aprendido a manejar a su antojo.

Para dar visibilidad al amor, he hecho una simple sustitución en mi ecuación más célebre E=mc2

Aceptamos que la energía para sanar el mundo puede tenerse a través del amor multiplicado por la velocidad de la luz al cuadrado, llegaremos a la conclusión de que el amor es la fuerza más poderosa que existe porque no tienes límites.

Tras el fracaso de la humanidad en el uso y control de otras fuerzas del Universo, que se han vuelto contra nosotros, es urgente que nos alimentemos de otra clase de energía. Si queremos que nuestra especie sobreviva, si nos proponemos encontrar un sentido a la vida, si queremos salvar el mundo y cada ser que en él habita, el amor es la única y la última respuesta.

Quizás aún no estemos preparados para fabricar una bomba de amor, un artefacto lo bastante potente para destruir todo el odio, el egoísmo y la avaricia que asolan el planeta. Sin embargo, cada individuo lleva en su interior un pequeño pero poderoso generador de amor cuya energía espera ser liberada.

Cuando aprendamos a dar y recibir esta energía universal, querida Lieserl, comprobaremos que el amor todo lo vence, todo lo trasciende y todo lo puede, porque el amor es la quintaesencia de la vida.

Lamento profundamente no haberte sabido expresar lo que alberga mi corazón, que ha latido silenciosamente por ti toda mi vida. Tal vez sea demasiado tarde para pedir perdón, pero como el tiempo es relativo, necesito decirte que te quiero y que gracias a ti he llegado a la última respuesta.

Tu padre. Albert Einstein

 

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