Nuestra manera de ser está configurada, en su mayoría, en nuestros genes. La determina el cerebro. No hay manera de cambiar el temperamento. Lo único que está en nuestra mano es intentar modular el carácter y adaptarlo a los que nos ha tocado vivir.

 Para NTMM, la conducta se puede modelar a través de una terapia.

 Si quieres saber más, pincha en la fotografía y lee un artículo de El País.

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