Toda empresa tiene sus marrones. Esas tareas tediosas, pesadas e incluso desagradables que hay que hacer pero de las que nadie quiere ocuparse. Y también tiene a sus enmarronados: aquellas personas que, o bien por orden directa o por iniciativa propia, terminan haciéndose cargo del problema.

Si no se reparte de forma equitativa surgen los conflictos pero sin embargo, pueden servir como revulsivo para muchos trabajadores que sepan sacar ventaja de estos recados.

Para NTMM, estas situaciones también sirven para conocer las habilidades de los trabajadores y descubrir líderes ocultos.

Si quieres saber más, pincha la fotografía y lee un artículo de Cinco Días.

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