DATE PODER PERSONAL

Laura Raya, Socia Directora de Nice To Meet Me

Ante las circunstancias de la vida, las personas solemos responder de forma muy determinada. Y lo hacemos inconscientemente debido a nuestro carácter, a nuestra educación, a nuestra experiencia vital…. :  O bien tomamos un rol más activo y nos hacemos cargo de lo que acontece o, por el contrario, nos quedamos fuera del problema esperando que la solución la aporten los demás.

Esta forma de posicionarnos va a condicionar nuestra manera de vivir, de estar en el mundo. Darnos cuenta de esto es importante para no permanecer en el automatismo y elegir nuestra forma particular de vivir.

Una manera de tomar conciencia de ello es observar las explicaciones que damos ante los problemas y las situaciones que nos surgen:

Si los razonamientos que nos damos son del tipo “la culpa es de otros”, “la mala suerte”… el objetivo es tranquilizar nuestra conciencia más que resolver la situación. Por ejemplo, no entregué el trabajo en fecha porque “no me dieron” la información a tiempo… En esta circunstancia, nos quedamos tranquilos porque hay otro que no cumplió.

Si en lugar de limitarnos a tranquilizar nuestra conciencia, nos preguntamos “¿yo podía haber hecho algo para evitar esta situación o para avisar anticipadamente a las personas con las que me había comprometido?”… nuestra reflexión se dirige, directamente, a buscar soluciones y nuestra posición ante los problemas es proactiva.

Elegir ser parte activa no significa culpabilizarnos de todo. Significa que hay algo que podemos hacer, que la respuesta está en nuestras manos.

Elegir ser parte activa no significa culpabilizarnos de todo. Significa que hay algo que podemos hacer, que la respuesta está en nuestras manos. Y esto nos hace sentirnos fuertes, sentirnos bien, con posibilidades, con recursos,… con poder personal.

La actitud contraria también tiene beneficios, ya que nos evita la tensión de entrar en acción. Además, al adoptar el papel de víctimas, los demás están más pendientes de nosotros, generamos cierta simpatía.

Pero, sin embargo, las sensaciones ligadas a esta actitud no generan ninguna autoestima. Se trata de sensaciones ligadas a la impotencia, al resentimiento o al miedo.

En definitiva, nuestra manera de posicionarnos ante la circunstancias y las dificultades puede hacer que nos sintamos impotentes o, todo lo contrario, puede situarnos en la fuerza, en el poder y en la confianza en nosotros mismos.

No hay nadie que no tenga su propio talento personal y recursos para responder ante la vida. Es cuestión de tomar conciencia de ello, conocernos un poco más y elegir hacernos protagonistas de nuestro presente y, con él, de nuestro futuro.

“No se puede elegir la mano de cartas, pero sí cómo jugarlas”. ¿Qué eliges tú?.

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