Trabajan a destajo, 8 horas fuera de casa y 3 o 4 horas más en casa.

No terminan de trabajar hasta la hora de la cena, muchos fines de semana incluidos.

Incluso en vacaciones tienen cosas que hacer.

No tienen tiempo para estar en familia. A veces, incluso, la familia les ve tan agobiados que se ponen a ayudarles.

No tienen derecho al descanso después de su jornada de trabajo, “hay que hacerlo y punto”.

Si no cumplen con todo lo que se les manda, puede caerles la bronca y hasta ser humillados delante de los compañeros del trabajo.

No pueden cambiar de jefes ni romper con la empresa. …..

¡¡¡Adivina quién es!!!

Algo estamos haciendo mal.

Share This